Bárbara Farrat Guillén, madre de Jonathan Torres Farrat, menor de 18 años preso desde el 13 de agosto de 2021, acusado de desorden público y atentado (pena de ocho años), todavía pendiente a juicio.
Bárbara tiene 33 años. Antes de la encarcelación de su hijo vendía maní tostado en la calle. Se autodefine como una mujer luchadora.
Bárbara y su familia viven en un tercer piso, al subir las escaleras de la casa de su mamá, en el municipio Diez de Octubre, La Habana, Cuba.
Mientras prepara café, mira el cielo nublado con preocupación. Durante el aguacero de la noche anterior tuvo que poner varios recipientes dentro de la casa para recoger el agua de las goteras.
Bárbara Farrat y Orlando Ramírez Cutiño, padre de Jonathan.
Bárbara rememora lo que ha enfrentado por reclamar la liberación de su hijo, uno de los 36 menores de edad presos políticos en Cuba tras el 11J. «No ha sido fácil sobreponerse al acoso, al encierro domiciliario, a las amenazas del Gobierno».
«Rezo todos los días porque se haga justicia», dice Bárbara.
Ella y su esposo hicieron un cartel para colgarlo del balcón durante sus arrestos domiciliarios ilegales.
Ocho meses cumplió preso su hijo y seis de nacido su nieto.
«Han sido duros estos cambios. Antes vendía maní y me buscaba el sustento, pero ahora, entre el acoso de la policía y las tareas añadidas, me es imposible», reflexiona Bárbara. Le lleva a Jonathan a la cárcel los alimentos y medicamentos que recibe como donación.
Jonathan Torres Farrat (17 años) está acusado de los delitos de desorden público y atentado (el de «propagación de epidemias» fue desestimado). La Fiscalía pide ocho años de prisión. A Bárbara le dijeron, sin mucha seguridad, que el juicio se realizaría a finales de mayo.