Erupción
STATEMENT
"Isla-s" se presenta como una cartografía viva, un relato visual donde la evolución geológica del cuerpo funciona como el pergamino de una memoria ancestral. La piel no es solo superficie, sino el territorio donde se inscriben las experiencias de una diáspora forzada: el eco de aquellos cuerpos capturados en África y trasplantados al Caribe. La serie explora cómo esa herencia de la esclavitud, obligada a adaptar sus raíces culturales bajo el yugo colonial, ha mutado en una orografía personal. Aquí, la huella no es simplemente lo que queda en el suelo, sino cómo el lugar —con sus traumas y su historia— se ha tatuado en el alma, convirtiendo al sujeto en un mapa de cicatrices y resistencias.
La obra profundiza en la noción de la "cubanidad" entendida desde la perspectiva de la isla-cárcel, un espacio donde el horizonte no es una promesa, sino el límite de una jaula líquida. Esta insularidad es tanto exterior como interior; es la condena de estar rodeado de agua por todas partes, replicando la sensación de confinamiento que sufrieron los ancestros y que persiste en la psique contemporánea. El mar, más que un camino, se manifiesta como un muro de salitre que encierra olores, añoranzas y tormentos, definiendo una identidad forjada en la presión del encierro y la humedad del pantano, atrapada entre el abismo del aislamiento y la necesidad de pertenencia.
Finalmente, "Isla-s" es el estigma de un país hecho carne, la marca indeleble de quienes viven bajo el peso de la geografía y la historia. Cada imagen es un traspiés al borde del abismo, capturando la tristeza y la fuerza de una cultura que debió reinventarse en cautiverio. La serie proyecta islas en la estela del pasado y modela el relieve del porvenir, recordándonos que el cuerpo del isleño es, en sí mismo, un archipiélago de memorias donde la libertad y la prisión libran una batalla constante sobre la piel.
COMPOSICIÓN
15 piezas de formato grande.
Impresión sobre lienzo.
DEJAR LA ISLA
[…]
Todo aquello que dejamos está en nosotros mismos,
como este cuerpo antiguo que inocentemente vemos partir,
mientras la espuma, pronta y laboriosa,
con su gesto de madre, como a una isla, lo hunde.
Todo el que parte, regresa.
Todo el que regresa, arde.
***
[…]
Todo aquello que dejamos está en nosotros mismos,
como este cuerpo antiguo que inocentemente vemos partir,
mientras la espuma, pronta y laboriosa,
con su gesto de madre, como a una isla, lo hunde.
Todo el que parte, regresa.
Todo el que regresa, arde.
***
Norge Espinosa Mendoza (1971)
Las estrategias del páramo (2000), Ediciones Unión, La Habana.
Las estrategias del páramo (2000), Ediciones Unión, La Habana.
Reconocimiento
Territorio privado
Es apenas...
Quebrada. Camino a Safía
Sima
Senda de regreso
Interior
Este lugar no existe
Aquí nací
Isla
Pleamar
Premonición del final
Puente natural
Zona franca
Límites
Sadiel Mederos y su poética visión de la soledad
Que una isla evoque la individualidad de la persona tiene su referencia inmediata en la geografía y en la soledad. El hombre (la mujer, desde luego) es una isla si entendemos, alegóricamente, que está solo en este mundo. Y es cierto que venimos a la vida en soledad y volvemos a ella cuando la existencia se acaba. En cambio, solemos vivir casi toda nuestra existencia en comunión con las personas, con los otros, como si fuéramos archipiélagos activos, en total articulación e interacción con las islas e islotes y con los continentes vecinos.
La muestra que nos ocupa es una apuesta por la soledad del hombre en este mun-do, un recordatorio, sin embargo, de que el mismo mar que nos separa de otras tierras es el que nos une a ellas. Es una apuesta visual a la vez que conceptual. El arte le permite a Sadiel Mederos exponer sus ideas sobre tan metafísico y filosófi-co tema. El otro asunto a debate en esta exposición es el cuerpo, probablemente uno de los tópicos de mayores discusiones por las ciencias sociales del presente. Cuerpo y soledad, la fragmentación vital, el desamparo, la vulnerabilidad y el desasosiego de la vida posmoderna, son asuntos que se analizan en estas fotogra-fías.
Según nos dice Sadiel en su declaración de intenciones o Nota de Autor, son “Lugares-experiencias, transpirados por el cuerpo en su aislamiento. Evocación del desarraigo” y este es un pensamiento perfectamente coherente con el despliegue visual. Son imágenes de una belleza indiscutible, portadoras de una esteticidad apreciable, cada una es una imagen plena de ideas, cada una es una isla de signos. Juntas, como despliegue expositivo, constituyen un archipiélago de conceptos so-bre su tema. Sadiel sabe lo que se propone con su muestra, es decir, sabe lo que nos quiere transmitir, y ese dominio y comprensión del universo de la visualidad se conjuga con su talento. Son imágenes muy cuidadas que expresan la delicada sen-sibilidad del artista.
Esta es una muestra que merece toda la atención de la crítica especializada y de los espectadores. Aquí hay un potencial artístico que se ofrece al degustador visual, al consumidor de buena fotografía. El cuerpo como metáfora del universo y origen de lo simbólico. El signo cuerpo en sus luces y sombras. ¿Poesía visual? Sin dudas.
Rafael Acosta de Arriba,
La Habana, septiembre de 2018.
Rafael Acosta de Arriba (Cuba, 1953). Poeta, crítico y ensayista. Doctor en Ciencias Históricas. Fue presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas del Ministerio de Cultura y director de las revistas Cine Cubano, Arte Cubano y la Revista de la Biblioteca Nacional José Martí. Autor de La seducción de la mirada: Fotografía del Cuerpo en Cuba (1840-2013), Ediciones Polymita, La Habana, 2014.